En muchas ocasiones, tanto en viaje de negocios como en viajes de placer, facturamos nuestro equipaje. ¿Qué recorrido hace? ¿Cómo de probable es que se retrase o extravíe? ¿Qué hacer en caso de pérdida del equipaje? A continuación, hablamos de este asunto.
Incluso quienes no tienen miedo a volar, seguro que albergan cierto temor a la hora de coger un avión… ¡la posible pérdida de su equipaje!
Sin duda, facturar nuestro equipaje cuando viajamos es la opción más cómoda. Sin embargo, puede entrañar algún riesgo. Un dato: en 2017, 22,7 millones de maletas fueron incorrectamente trasladadas. Aunque las nuevas tecnologías han facilitado la localización y el traslado de los equipajes facturados, la pérdida de maletas aún viene representada por cifras elevadas.
Según un informe de la Société Internationale de Télécommunications Aéronautiques (SITA), en 2017, seis de cada mil pasajeros sufrieron la pérdida o retraso de sus equipajes, dato que supone una mejora respecto a años anteriores pero que sigue siendo elevada al considerar que el número de pasajeros en todo el mundo en 2017 fue de 4.081 millones.
Pero… ¿te has preguntado alguna vez cuál es el recorrido que hace una maleta cuando la facturamos? ¡Nosotros te lo contamos! El mejor ejemplo, la experiencia de los operarios del aeropuerto de Bilbao, que en un interesante reportaje emitido en la televisión autonómica vasca relatan cómo desarrollan su labor.
El traslado del equipaje
Cuando dejamos nuestra maleta en el mostrador de facturación, esta se traslada por una cinta transportadora hasta una zona denominada patio de carrillos, donde los operarios clasifican las maletas según el vuelo, para colocarlas en el contenedor correspondiente.
En el caso de los vuelos de tránsito, a las maletas se les retira la etiqueta, se toma nota de ellas para apurar el hecho de tenerlas localizadas y se colocan en el contenedor correspondiente al primer destino. En este sentido, para no perder la localización de cada maleta, se escanea el código que se le ha asignado a cada una de ellas de modo que en todo momento se conoce en qué bodega y en qué contenedor se encuentra, así como su ubicación dentro del mismo. Este procedimiento ayuda a mejorar los tiempos y la calidad en el resultado, logrando reducir el número de incidencias.
Los equipajes llegan entonces al denominado hipódromo, llamado así por su forma ovalada, donde los operarios vuelven a segregar las maletas para ser trasladadas a cada avión en cuestión. Aquí, los operarios suelen trabajar en grupos, pues suelen juntarse varios vuelos al mismo tiempo y todos deben ser atendidos a la vez.
En cuanto a los tiempos que deben manejarse, deben ajustarse estrictamente a las horas de salida programadas. Los vuelos se cierran en torno a una media hora antes de salida, por lo que unos veinte minutos antes de la misma, todo el equipaje debe estar dispuesto en las carretillas para ser trasladado al avión y cargarlo. Diez minutos antes de la hora de salida, todos los equipajes deben estar ya cargados y durante esos diez minutos, los operarios están pendientes de si surge algún contratiempo, como por ejemplo, que una maleta haya sido cargada en el avión y el pasajero no haya embarcado. En ese caso, se activa un protocolo de actuación por el que el coordinador alerta de la ausencia de ese pasajero y los operarios, como medida de seguridad, descargan dicha maleta del avión.
Qué hacer si se pierde mi maleta
Las maletas pueden extraviarse en los aeropuertos o ser trasladadas a un destino incorrecto. Así, más de una persona ha esperado en la zona de llegada de equipajes… ¡sin éxito! En estos casos, debemos seguir las siguientes recomendaciones:
> Puede que nuestra maleta esté en el aeropuerto, pero no haya sido trasladada correctamente a la zona de llegada de equipajes. Lo primero que debemos hacer es acudir al departamento de objetos perdidos. Algunas maletas son depositadas allí por haberse caído del lateral de una cinta transportadora o por algún problema logístico.
> Si el equipaje no se encuentra en el área de objetos perdidos, el primer paso para reclamar es dirigirse al mostrador de la aerolínea con la que hemos viajado y cumplimentar un parte de irregularidad de equipaje (PIR). Para realizar esta gestión debemos ajustarnos a determinados plazos: siete días en caso de daños en la maleta y 21 días en caso de retraso o pérdida, en ambos casos a partir de la fecha de llegada del vuelo.
> Si pasados 21 días nuestro equipaje no ha aparecido, este será considerado de forma oficial como “extraviado”, por lo que deberíamos volver a poner una reclamación en la aerolínea, en este caso, por pérdida de equipaje. Respecto a las indeminizaciones, cada país cuenta con un convenio internacional que establece la cantidad que se debe abonar en caso de retraso, destrucción o pérdida. Así, una vez transcurridos 21 días desde el aterrizaje y si la maleta continúa sin aparecer, la pérdida es ya “oficial”. En España, en ese momento, es posible obtener el equivalente a un máximo de 1.400 euros en concepto de indemnización, de acuerdo con los Derechos Especiales de Giro (DEG).
> En caso de viajar con objetos de alto valor, es recomendable declarar el valor acumulado en la maleta a la aerolínea antes de embarcar, para evitar complicaciones en caso de incidencia. Ello supondrá una tarifa suplementaria a la hora de facturar y dejar que el personal de la aerolínea realice una serie de comprobaciones.
> Si realizadas todas las gestiones, dentro de los plazos establecidos, la aerolínea no nos da respuesta o lo hace de forma insatisfactoria, es posible acudir a los Tribunales. Aquí, el plazo es de dos años desde la llegada del vuelo en el que se perdió el equipaje.
> En caso de que la pérdida del equipaje nos haya llevado a tener que incurrir en gastos adicionales en cuanto a ropa u objetos de cuidado personal, se puede recibir una cantidad ajustada al gasto ocasionado mediante la presentación de facturas. Si contamos con un seguro de viaje con esta cobertura, podemos solicitar el reembolso de estos gastos, siempre que presentemos las correspondientes facturas y el anteriormente mencionado PIR.
En cualquier caso, ante este tipo de imprevistos (pérdida, retraso o demora del equipaje), siempre es muy recomendable contar con el soporte que nos ofrece un seguro de viajes. En el caso del seguro de asistencia en viaje de Diners Club , además de contemplar coberturas tales como las mencionadas, incluye la compensación por robo de equipaje o daños en el mismo. Además, si cursado el PIR, la maleta extraviada aparece, nuestro seguro se hace cargo del envío de la misma al domicilio del viajero.
Si en tu próximo viaje, de negocios o de placer, vas a facturar tu equipaje, ten en cuenta todas estas cuestiones, pero, ante todo… ¡disfruta del viaje!
Supongo que aquí habrá un enlace a la página de los seguros de Diners Club.