Arranca septiembre, como cada año. Pero un septiembre, este de 2020, muy diferente a septiembres anteriores. En casi todos los ámbitos, y también en el de los viajes de negocios y del turismo MICE. La emergencia sanitaria que ha marcado este año ha provocado muchos cambios en nuestras vidas, en nuestros trabajos, en nuestras relaciones con los demás… Sí, en muchos casos, actividades antes cotidianas se han paralizado, y en el caso de haberse reactivado, lo han hecho ‘distinto’: contemplando nuevas restricciones, midiendo distancias, empleando elementos de prevención… Cuestiones todas ellas que, si antes no eran lo normal, ahora forman parte de la “nueva normalidad”.
Para ello, para estar completamente preparados para la reactivación de sectores y ámbitos especialmente impactados por la emergencia sanitaria, se ha estudiado cómo volver a la actividad con las mayores garantías posibles en cuanto a seguridad y prevención. Tal es el caso del turismo MICE.
Así, antes del verano, diferentes entidades han venido trabajando para dibujar la ‘hoja de ruta’ más segura para todos los actores que intervienen en el turismo MICE, desde organizadores a asistentes e invitados, pasando por proveedores y trabajadores. Ya en mayo, un grupo de trabajo encabezado por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), en colaboración con asociaciones vinculadas al sector, con las comunidades autónomas, y en consenso con organizaciones empresariales y sindicales, establecieron un protocolo de actuación para la organización de encuentros relacionados con el turismo MICE, validado por el Ministerio de Sanidad.
A partir de este protocolo, en el mes de junio, la Asociación Española de Normalización (Aenor) publicó la Especificación UNE 0066-19:2020 sobre ‘Turismo MICE: diseño, ejecución y gestión de reuniones, incentivos, conferencias, congresos, eventos y ferias comerciales‘, norma que ofrece directrices y recomendaciones a aplicar en el desarrollo de las actividades vinculadas al turismo MICE. Esta norma se dirige a todos los agentes del sector, pero, sobre todo, específicamente, a agencias de organización y ejecución de eventos, a agencias de viajes, a organizadores profesionales de congresos, a destination management companies, a conventions bureau, a recintos feriales y a palacios de congresos.
El documento coloca la figura del organizador como el responsable de la gestión del riesgo, debiendo, tal como señala la propia norma, liderar “la implementación sistemática de medidas dirigidas a minimizarlo». De este modo, su responsabilidad pasa por definir, implementar y ejecutar todas las medidas necesarias orientadas a minimizar riesgos, así como velar por su cumplimiento por parte de todos los proveedores del acto.
Todas las actuaciones dirigidas a estos fines, según señala el documento, seguirán las directrices que establezcan las autoridades sanitarias y se supeditarán a la norma vigente en cada caso y momento; y, de modo general, las medidas relacionadas con higiene personal, la limpieza y desinfección de las instalaciones, el distanciamiento físico entre personas y la reducción de aforos. Además, la norma señala que los organizadores no deberán velar solo por la implementación de estas medidas, sino también por su debida comunicación y formación en toda la cadena de valor del acto.
Desde Diners Club Spain esperamos que, siguiendo estas recomendaciones, la reactivación del turismo MICE avance a buen paso y, poco a poco, se puedan recuperar este tipo de encuentros corporativos en los que el contacto entre profesionales es enriquecedor a todos los niveles, eso sí, siempre, ‘guardando las distancias’.