Hoy volvemos a compartir con vosotros un artículo de Michael Skapinker, periodista y columnista sudafricano y editor asociado de Financial Times. Ya nos hicimos eco de sus reflexiones acerca de por qué, para él, los viajes de negocios son más enriquecedores que los de placer; y hoy volvemos a compartir una reflexión de este autor acerca de cómo mantener la seguridad en los viajes de negocios cuyo texto original puedes leer en Financial Times.
Skapinker comienza el artículo recordando el último viaje que hizo a Sao Paulo. El periodista quería aprovechar una soleada mañana, y preguntó en la recepción del hotel si era seguro dar un paseo por los alrededores. A la pregunta, la recepcionista le pidió que le enseñara el reloj que llevaba en la muñeca y le advirtió que si era bueno, mejor lo dejara a buen recaudo en la habitación. A continuación, la empleada sacó un plano de la ciudad y le marcó las calles por las que debía caminar, pero, sobre todo, le remarcó las calles a las que no debía, si quiera, acercarse.
Para Skapinker, es complicado saber cómo adentrarse de forma segura en una ciudad desconocida, sobre todo si es notorio cierto grado de inseguridad en la misma. Además, el periodista apunta a otros factores que suelen convertirnos en objetivo de maleantes. Y es que mostrar desorientación, o síntomas de jet-lag, hacen de nosotros ‘presas más fáciles’.
La UK Foreign Office y del US State Department señalan algunas recomendaciones en este sentido, además de en relación a otros aspectos. Cuestiones como la entrada de medicamentos en según qué países, por ejemplo, pueden suponer un riesgo para nuestra seguridad frente a las autoridades. En esta línea, Skapinker recuerda que en el aeropuerto de Dubai se le requirió una prescripción médica para poder entrar en el país unos antiestamínicos inyectables.
Otra cuestión que aborda Skapinker es el terrorismo, una amenaza que, tristemente, hoy en día está presente en cualquier rincón del mundo, ya que “que los ataques sean aleatorios e impredecibles es el propósito de sus perpetradores”, señala.
Así, el columnista se cuestiona cómo podemos sentirnos seguros en nuestros viajes, tanto de negocios, como de placer. Porque lo que la mayoría de las personas queremos en un viaje es obtener experiencias de la visita, adentrarnos en la ciudad, más allá de la calle del hotel, sin experimentar miedo.
En este sentido, confiar en las advertencias locales y en las oficiales es recomendable. No obstante, tengamos en cuenta que, en ocasiones, las gentes del lugar, sobre todo en sitios afamados por cierto grado de inseguridad, nos transmiten que se trata de tópicos exagerados. Otros, por su parte, si no comulgan con el actual gobierno del país, exageran los peligros en sí mismos. Esta línea también es la habitual entre los empleados de hoteles, por ejemplo, que prefieren evitar, y evitarse, problemas relacionados con la seguridad de sus huéspedes.
En opinión de Skapinker, lo mejor es seguir las recomendaciones de otras personas que, previamente han viajado a ese destino. Conocen ya el terreno in situ desde una perspectiva más objetiva que la de las personas que se encuentran inmersas en esa sociedad. Asimismo, adentrarse en la ciudad de la mano de los contactos profesionales que tenemos en el lugar es otra buena opción.
Del mismo modo, Skapinker nos recomienda guiarnos por nuestro sentido común en aspectos tales como coger solo taxis o vehículos con licencia o los que nos soliciten desde el hotel. Y, nunca, conducir en ciudades desconocidas. Un forastero conduciendo desorientado en un barrio conflictivo puede convertirnos en un blanco fácil para ciertos delincuentes.
Skapinker concluye su reflexión abordando el tema de los riesgos adicionales que corren las mujeres, un tema que ya también hemos abordado en nuestro blog. Para ello, se hace eco de algunas cuestiones señaladas por Sally Napper, responsable de Operaciones de Seguridad de International SOS, entidad que asesora a empresas y organizaciones en materia de seguridad en viajes de negocios. Según Napper, es un hecho que las mujeres que viajan por trabajo deben hacer frente a más riesgos que los hombres. “Desde sufrir acoso por la calles, a ser molestadas al utilizar el transporte público”, apunta.
En Diners Club compartimos las reflexiones de Michael Skapinker y recomendamos a quienes viajan por negocios guíen sus pasos conforme a los siguientes tips:
> Tener siempre a mano información básica para saber dónde acudir en caso de emergencia.
> Consultar la web del Ministerio de Asuntos Exteriores con información sobre el país de destino.
> Atender a las recomendaciones de seguridad de la política de viajes de nuestra compañía.
> Estar previamente familiarizado con los timos frecuentes de la ciudad o país de destino.
> Proteger todo lo que llevemos de valor y mantener nuestras pertenencias vigiladas fuera del hotel.
> Ir cubiertos por un seguro de viajes.
> Ser precavido con lo que contamos al entablar conversación con desconocidos
> Ser también precavido con el dinero en metálico que llevamos y, si es posible, contar mejor adicionalmente con una tarjeta de crédito.