En los últimos años y más aún en los últimos meses, la industria del viaje, en el sentido más amplio, ha asistido a importantes cambios: aparición de nuevos negocios, creación de nuevos conceptos, fusiones y adquisiciones…
Cualquier innovación, ya sea reciente o esperada hace tiempo, no deja de ser cuestionada, causar debates y, a menudo, plantear reservas y suscitar rechazo.
Uno de los conceptos que refleja fielmente la situación actual es «Open Booking», aunque no se trata de una innovación como tal, sino de una forma distinta de reservar viajes. De hecho, el Open Booking no es algo novedoso pues los viajeros siempre han podido reservar sus servicios de viaje directamente con los proveedores. Lo único es que la innovación tecnológica ha llevado al incremento de nuevas soluciones y, en consecuencia, a la evolución del fenómeno de Open Booking. Ahora es más fácil acceder no solo a la oferta tradicional sino también a prestaciones no trabajadas o, al límite, muy recientes.
Gracias a los avances tecnológicos, en especial los relacionados con la movilidad, tenemos ofertas más a mano. Nunca ha sido tan fácil, por ejemplo, reservar un hotel mientras estamos en el taxi. Sin embargo, esto puede entrar en conflicto con la política de la empresa.
En realidad, el Open Booking genera controversias y es motor de muchas preocupaciones: seguridad, política de viajes, consolidación de datos, por citar solo algunas.
Cada empresa, atendiendo a su tamaño, filosofía, sector de actividad o situación geográfica, establece su propia política de viajes. Pero, aparte de la política de viajes, el viajero también desempeña un papel importante en el proceso del viaje. De hecho, muchas de las innovaciones han surgido para dar respuesta a sus necesidades y para facilitarle la vida.
Con todo, desde la perspectiva del viajero, las cosas no son tan fáciles como pudieran parecer. En su vida personal, puede reservar, prácticamente, cualquier tipo de servicio de viaje, en cualquier momento, desde cualquier dispositivo y a precio de ganga. En cambio, si nos atenemos a la esfera profesional, a menudo se ve limitado por la política de viajes de la empresa por lo que se refiere a los tipos de reserva o a la relación detallada de la oferta.
De ahí que nos planteemos la pregunta de si es una utopía abrir a los empleados el abanico de posibilidades para tramitar sus reservas de viajes y cumplir, al mismo tiempo, con las necesidades y obligaciones de la empresa.
Documentado por Gaëlle Mongreville, Responsable de Notilus España.