¡Ya es oficial! El curso escolar ha arrancado. Como también lo ha hecho el ‘curso’ profesional, y que supone también para muchos el pistoletazo de salida a los viajes de negocios. Un viaje siempre es una grata experiencia, un placer, y no solo en el caso de los viajes de placer. Porque viajar por negocios, en ocasiones, nos permite vivir experiencias ‘de primera’, como es el caso de viajar en first class.
Sí, algunas compañías incluyen en sus políticas de viajes corporativas este tipo de pasajes, según el tipo de viaje, según el cargo que ocupe el viajero… Y si no es el caso de tu compañía, ¡aún hay esperanza! Cabe la posibilidad de que, en alguna ocasión, no queden plazas en clase turista.
Así, si por si se da el hipotético, caso… ¡sigue leyendo! Estate al tanto de cómo será vivir esa experiencia ‘de primera’ mano.
Cómo es volar en primera clase
Viajar en primera clase constituye toda una experiencia, tanto para quien no lo hace habitualmente, como para quien es la primera vez que lo experimenta. Probablemente durante el trayecto te hagas la típica pregunta de ‘¿cuánto quedará?’, pero en sentido contrario. Como decíamos al principio… a pesar de no ser un viaje de placer, seguro que constituye ‘un placer de viaje’.
Recibirás atención personalizada en todo momento, sí, cual Very Important Person. Desde el minuto uno. Evitarás colas en el check-in. Y lo que toque esperar, será una dulce (o salada) espera, según lo que quieras degustar en la sala VIP de tu aerolínea en el aeropuerto.
A la hora de embarcar, tendrás prioridad. Y serás conducido con todas las atenciones hasta tu asiento, donde podrás echar esa cabezadita a tus anchas. Sí, disfrutarás de un espacio extra en los asientos e, incluso, en algunos casos, estos se hacen cama. Pero además, algunas aeronaves muy enfocadas a pasajeros de primera clase se encuentran equipadas de suites privadas. Una suite de la que, no solo podrás disfrutar todas sus comodidades, sino que te proporcionará un espacio de privacidad respecto al resto de pasajeros. El espacio idóneo no solo para descansar, sino también para dar un repaso al correo, a la agenda… o para preparar la siguiente reunión. Y es que pensando en los viajeros de negocios, las suites de algunas aerolíneas como Saudia Airlines disponen de un amplio escritorio que puede hacer perfectamente de oficina. ¡Y con WiFi!
¿Que tienes hambre? ¡Pide por esa boca! Tendrás a tu disposición menús dignos de reconocidos premios culinarios. Algunas aerolíneas cuentan en su tripulación con chefs dedicados en exclusiva a los pasajeros de primera clase. Tal es el caso de compañías como Etihad Airways, que ofrece a estos pasajeros un menú de hasta siete tiempos.
Ya has descansado y comido (¡de lujo!), pero aún quedan unas horas de vuelo. En primera clase, esas horas no son tiempo para el aburrimiento. Multitud de fórmulas de entretenimiento están a tu disposición. Música, películas, programas de televisión, juegos o aplicaciones de los que podrás disfrutar en una pantalla solo para ti, en tu propio asiento.
Y llega el momento de pensar en la ansiada ducha que nos daremos cuando lleguemos al hotel. ¿Por qué esperar? Compañías como Emirates ofrecen la posibilidad de disfrutar de una relajante ducha spa en sus A380, pudiendo tonificar la piel con productos de firmas de lujo.
Y tras el relajante spa, ¿por qué no tomar algo? Algunas aerolíneas disponen de lobby donde disfrutar de un apetecible coctail y poder charlar con otros pasajeros. Otras, ponen a disposición del viajero un minibar exclusivo para él.
Un viaje de ensueño, ¿verdad? Si aún no has vivido la experiencia, ¡aguarda con paciencia! Seguro que antes o después, tus viajes de negocios te brindan la oportunidad. Siempre hay una ‘primera’ vez para todo…