¿Cuántas veces hemos hablado del Bleisure y de disfrutar “más en esencia” la ciudad que nos acoge en nuestro viaje de negocios? Un Brunch puede convertirse en una gran opción si alargamos nuestra estancia y disfrutamos de una mañana libre en el destino. ¿Y para un día de trabajo normal? También, puede ser una apetecible alternativa para que los cambios de horarios, o gastronómicos, no alteren demasiado tu ritmo durante el viaje de negocios.
El término brunch es el acrónimo de breakfast (desayuno) y lunch (almuerzo) y que suele tener lugar en un horario intermedio a las horas en las que se suele desayunar y almorzar. Generalmente, entre las 10.00 y las 13.00 horas.
Algo que a lo mejor no sabías es que el término fue empleado por primera vez por la revista satírica inglesa “Punch”, allá por finales del siglo XIX. En esta época, el personal de servicio en las casas de las familias británicas de clase alta solían disfrutar de un día libre los domingos y, para que a sus jefes no les faltara de nada, les dejaban preparado una especie de bufé para que pudieran servirse cuando quisieran.
Incluir un brunch en nuestro viaje de empresa
La mayoría de hoteles, restaurantes o locales de moda que ofrecen disfrutar de un brunch, lo hacen los fines de semana. Así, si alargas la estancia para hacer turismo en el destino al que te ha llevado tu viaje de negocios, ¿qué mejor que coger fuerzas de la mano de un buen brunch para ‘patearte’ la ciudad? Pero, lo cierto es que, cada vez más, crece la oferta de brunch para días laborables, dejando de ser una oferta exclusiva de fin de semana.
¿Y por qué no? Una de las cuestiones que pueden hacernos menos ‘atractivo” un viaje de negocios no solo tiene que ver con dejar nuestro hogar o los cambios de horarios y costumbres del país al que viajamos. Sino también a la ‘inapetencia’ que puede producirnos el tipo de gastronomía del lugar al que viajamos, en ocasiones, no tan lejano al nuestro.
A la hora de viajar, es de sobra conocido el consejo de adecuar nuestros horarios a los locales y, comer o dormir “cuando toca” para adaptar nuestro cuerpo lo antes posible. Pero, ‘Spain is different’, y nuestros horarios, también. Eso, unido a un posible jet lag en viajes largos, puede alterar el ritmo de nuestro cuerpo, provocando malestar, incluso, emocional.
Así, si la agenda lo permite y nuestro cuerpo lo demanda ¿Por qué no optar por un buen brunch para adaptarnos al horario? Hoy día, los brunchs ponen a disposición del comensal un amplio bufé con todo tipo de comida, de local a internacional, de dulce a salado, pasando incluso por propuestas diferentes y vanguardistas. Además, suelen contar con barra libre con todo tipo de bebidas.
Los viajes de negocios no solo nos llevan a ver clientes, también a compañeros de otras sedes, equipos desplazados, proveedores, colaboradores, etc. Estas “visitas” suelen darse entre reunión y reunión, incluso antes de empezar el día. Y si este tipo de reunión permite hacer un plan más distendido, ¿por qué no organizarla en torno a una buena mesa? Un brunch puede ser el mejor contexto para una reunión de equipo.
También puede ser buena opción para ‘matar el hambre’ con el que aterrizamos en el lugar de destino a horas tempranas. Del mismo modo, puede presentar una alternativa atractiva si nuestra vuelta a casa nos obliga a “gastar” parte de la mañana esperando la salida de nuestro medio de transporte.
Dónde disfrutar de un bruch:
> Nueva York: Si una ciudad hizo famoso el brunch, esa fue la gran manzana, de la mano de los personajes de la afamada serie protagonizada por Sarah Jessica Parker. Muchos son los establecimientos que lo ofrecen. Uno de los mejores, quizá, es Jack’s Wife Freda, en El Soho. En él no solo disfrutarás de uno de los mejores brunchs de Nueva York, sino de un ambiente acogedor en un local alegre y luminoso. Con gran variedad de platos modernos y muy bien presentados. Si eres de los que le gusta probar algo distinto, no dejes de degustar su green shakshuka: huevos horneados en salsa verde acompañados de una tostada de pan challah.
> Londres: Ciudad famosa por albergar una de las mayores ofertas de comida internacional. El restaurante Baba-Boom ofrece el mejor brunch de comida oriental de la capital británica. Aunque si tus gustos gastronómicos se decantan más por la comida occidental, también ofrece platos clásicos. Y si eres vegano, también es una de las mejores opciones.
> París: Dépôt Légal, un clásico cerca de Lovre. Dos notas caracterizan este emblemático establecimiento: su decoración y la mantequilla. Cuestiones que no desmerecen el resto del bufé, que cuenta con amplia variedad de ensaladas, dulces, salados, frutas, tés… e, incluso, aceite de oliva.
> Copenhague: No disfrutarás solo del bufé, sino también de un ambiente que supone una experiencia en sí misma. Los locales que ofrecen brunch destacan por su decoración, sus detalles, el fuego, las mantas nórdicas… Todo ello lo reúne, por ejemplo, Mad & Kaffe.
> Viena: El brunch es un de las comidas más importantes para los vieneses, tanto, que tienen su propia palabra “Jause”, donde comer varios alimentos “brunchy”, gran variedad de platos, y por supuesto, disfrutar de la mejor tarta Sacher en Mill. Algunos locales: Vollpension, Café Z, o Café Do-An.
Y en territorio nacional…
> Madrid: En La Bendita podrás disfrutar de una muy buena comida de mercado, con especialidades de temporada. Ello, en un ambiente chic, tanto en su zona de restaurante como en sus terrazas de verano y de invierno.
> Barcelona: Si te decides disfrutar de un brunch en la Ciudad Condal, te proponemos uno con sello australiano, en Café Federal.
> Valencia: No dejes de acudir a Bastard Coffee & Kitchen. Con siete opciones de menú para el brunch, acompañados de café gourmet, también puedes combinar hamburguesas, huevos benedict, todo tipo de tartas…
> Bilbao: Ciudad que además de pintxos, ofrece estupendos brunchs, como el de Basquery, con tostadas artesanas, bollería también artesana… que puedes acompañar con zumos naturales o gran variedad de cervezas. Además, puedes pedirlo a domicilio.
Con todo ello, ‘alimenta’ la experiencia de tus viajes de negocios disfrutando de un buen brunch. Aprovecha la ocasión para sacar el máximo provecho tanto al viaje como al destino. Y, por supuesto, ¡buen provecho!