El nuevo aeropuerto, que se ubicará en Beijing, permitirá albergar a más de 100 millones de pasajeros al año y nace como respuesta para acelerar los ritmos de viaje de la segunda ciudad del mundo con el aeropuerto más congestionado.
El desarrollo del sector business travel en China es una realidad. Y es que las relaciones comerciales entre el país asiático y el extranjero están aumentando. También con nuestro país, tal como atestigua el aumento que los viajes corporativos han experimentado entre ambos países en los últimos años.
Así, para dar respuesta al crecimiento del número de viajeros con destino China, en 2019, el país asiático albergará el aeropuerto más grande del mundo. The Beijing New Airport -como se le conoce por el momento hasta recibir nombre oficial- se ubicará en los alrededores de la capital china y costará alrededor de 13.000 millones de dólares.
El nuevo aeropuerto contará con más de 700.000 metros cuadrados, que le otorgan capacidad para albergar, en una primera fase, a más de 45 millones de pasajeros, cifra que aumentará hasta los 100 millones al concluir la segunda fase del proyecto. Con 4 pistas, acogerá unos 620.000 vuelos al año.
Diseñado en forma de radial, favorecerá el desplazamiento a lo largo del aeropuerto sin necesidad de utilizar los autobuses que conectan las terminales. Obra póstuma de la arquitecta israelí Zaha Hadid, el recinto del aeropuerto incluirá jardines, así como áreas separadas para pasajeros de vuelos internacionales y de vuelos domésticos con el fin de reducir las colas de espera y crear un espacio más compacto.
Beijing es un punto neurálgico de paso de pasajeros, con más de 90 millones y, en la actualidad, su aeropuerto es el segundo aeropuerto más congestionado del mundo. Así, la apueta por The Beijing New Airport contribuirá a acelerar los ritmos de viaje.