Hoy, 19 de marzo, desde el confinamiento en casa, por responsabilidad y solidaridad con nuestros conciudadanos, y en unos tiempos en los que los viajes se han detenido casi por completo, forzándonos a trabajar en la medida de lo posible desde casa, nos hemos acordado, como no, de nuestros padres. Y nos ha dado por pensar cómo han cambiado los viajes desde la época de nuestros padres hasta ahora. Muchos recordaréis los viajes de las vacaciones familiares durante la infancia, en un SEAT 600 con “papá” al volante y unos trayectos que se eternizaban.
Pero, ¿cómo eran los viajes de negocios hace años?
Y es que, en los últimos 50 años, los medios de transporte han evolucionado mucho, tanto en el aspecto técnico, como en volumen de servicio, sin olvidar la ‘democratización’ de los precios que ha experimentado gracias, en parte, al volumen generado también por el turismo. Hace 50 años, los viajes de la clase media no solían recorrer grandes distancias. Hoy en día, la globalización exige grandes desplazamientos a los viajeros de negocios, en ocasiones en tiempo record, llegando en algún caso a pisar tres continentes en 48 horas, inimaginable esto años atrás.
¿Cómo han evolucionado los medios de trasporte y la experiencia del viajero? Lo analizamos haciendo un breve repaso por la historia reciente.
Tren, modernidad y confort
En los años 60, el tren era quizá uno de los medios de transporte a los que más se acudía para los viajes de negocios de cierta distancia.
A mediados del pasado siglo, el tren TAF se convirtió en el más popular por su modernidad, su precio reducido, su comodidad y rapidez. También en esta época las vías de la red ferroviaria nacional eran recorridas por los trenes TER y Talgo.
Los revisores validaban los tickets de los viajeros y eran los encargados de ayudarlos a guardar sus maletas. Una de las curiosidades de realizar un viaje en tren, es que las ventanillas no se podían bajar, debido a que los trenes tenían ya -algo muy moderno para la época- aire acondicionado, aunque no era como la climatización que conocemos hoy día.
Los trenes disponían de servicio de restaurante para los pasajeros, que disfrutaban de la experiencia en ese “vagón cafetería” con un buen almuerzo o cena y de las vistas que ofrecía el trayecto, que era mucho más largo (en tiempo) que en la actualidad. Y es que la velocidad es uno de los aspectos que a nivel técnico más avances ha experimentado en el transporte ferroviario. Tan solo tres décadas después somos capaces de ‘volar’ en tren de la mano de la alta velocidad. Sí, el primer AVE se inauguró en 1992, y fue ampliando horizontes, hasta contar hoy con 13 líneas de alta velocidad en nuestro país y alcanzar hasta los 310 kilómetros por hora.
El lujo de viajar en avión
En la actualidad, gran parte del volumen de los desplazamientos se realiza en avión, tanto si es en territorio nacional como a otros países. Según el destino, el avión es en muchos casos la opción exclusiva de transporte. Pero también se ha convertido sin duda, en la opción más segura, rápida y económica para cualquier viaje.
Una alternativa que actualmente resulta cotidiana, pero que en los años 60 era un lujo reservado a una selecta minoría, debido a sus elevados costes. Solo los viajeros con altos puestos podían hacer uso de este medio de transporte, y solo aquellos con alto poder adquisitivo podían hacerlo a nivel particular. Del mismo modo, no todas las compañías podían permitirse este medio de transporte para los viajes corporativos. Hoy en día, empleados de grandes y pequeñas empresas lo utilizan de forma habitual para sus viajes.
Y es que, en proporción, el precio de viajar en avión era un 40 por ciento superior al precio medio actual. Por ejemplo, un vuelo entre Nueva York y Roma podía costar alrededor de 50.000 pesetas (unos 300 euros), una cifra muy elevada para los sueldos medios de la época y que hoy equivaldría a más de 2.500 euros.
Así, los viajes en avión eran todo un todo un lujo, y en ellos las compañías prestaban mucha atención a cuidar cada detalle de la experiencia del pasajero, que eran atendidos en cuanto necesitaran por jóvenes y guapas azafatas (tenían que serlo), colectivo tradicionalmente dominado por las mujeres y que en aquellos años representaban el cien por cien.
También el tránsito en los aeropuertos en aquellos años era más ágil. ¿Por qué si la tecnología nos ha ayudado tanto? El motivo es que no existían controles de seguridad ni de equipajes. ¡Algo impensable hoy día! Estos controles no se hicieron obligatorios hasta mediados de los años 70.
La seguridad también era menor a nivel técnico. Por ejemplo, las técnicas de aterrizaje no estaban tan evolucionadas, ni existía la tecnología que existe en la actualidad, siendo en aquel entonces habitual registrar colisiones en los aterrizajes. Incluso los motores solían caer de los aviones.
En definitiva, los viajes de nuestros padres poco tienen que ver con los viajes a los que hoy estamos acostumbrados. Viajes que justo hoy, en estos días de emergencia sanitaria que vivimos, podemos decir, están delayed, pero que, desde Diners Club Spain, esperamos que pronto puedan volver a despegar. ¡Y seguiremos siendo tu mejor acompañante!