Una variable a tener en cuenta en la política de viajes de una empresa es la forma de pago que se emplea durante los desplazamientos, ya sean nacionales o internacionales. Cuando el viaje de empresa se realiza hacia otro país, las soluciones de pago pueden acarrear gastos que no se producirían si el desplazamiento se realizara en territorio nacional. Las formas de pago más comunes son: el dinero en efectivo, los cheques de viaje y las tarjetas, pero ¿qué solución es la más efectiva para efectuar los pagos en el extranjero?
Dinero en efectivo
Además de transmitir una imagen poco profesional y ser un método poco seguro en caso de robo o pérdida, a nivel administrativo y de contabilidad, se hace más complicado gestionar y controlar el efectivo entregado y los pagos realizados. La mayor complicación, sin embargo, son los viajes fuera de la zona Euro. Para cada viaje en moneda extranjera, la empresa tiene que ponerse en contacto con su banco para obtener el dinero en cuestión. Dependiendo del país, puede ser complicado conseguir la moneda.
Cheques de viaje
Aunque puedan parecer obsoletos, ¡aún existen! Son documentos emitidos por los bancos que pueden cambiarse por dinero en efectivo en cualquier país. Equivalen a una cantidad fija y son nominativas, por lo que solo puede cobrarlos el titular y, en caso de extravío, el dinero puede recuperarse. En la práctica, son seguros durante el desplazamiento y facilitan la tarea de registro de gastos pero, durante la estancia, se transformará en líquido: un dinero en efectivo y limitado, por lo que el business traveller deberá administrarse, una tarea que no siempre es fácil en un viaje de empresa. Además, si un establecimiento no acepta cheque, hace falta que el viajero acuda a un banco para canjearlo por dinero en efectivo.
Tarjeta
Utilizar una tarjeta corporativa en el punto de venta se presenta como la opción más económica para viajar al extranjero, según un estudio realizado por TNS Infratest. Más allá del ahorro económico que suponen, emplear una tarjeta para viajes de empresa ahorrará tiempo, tanto al business traveller como a la empresa, y proporcionará mayor seguridad en el pago.
A nivel administrativo, el control de gastos se convierte en una tarea mucho más sencilla y efectiva, ya que tanto el empleado que viaja como la empresa seguirán mejor todos los gastos y se evitarán eventuales fraudes a través de los sistemas de gestión del emisor de tarjeta.
Pagos centralizados
Más allá de la forma de pago que emplee el trabajador durante su desplazamiento, la empresa puede pagar de antemano los gastos fijos del viaje de sus empleados. Así, la empresa optimizará los gastos del viaje y el tiempo empleado en su gestión, a la vez que mejora el control de recursos. Una tarjeta de crédito sin emisión de plástico, como una Travel Account, se presenta como una opción de centralización de pagos que proporciona a la empresa información agrupada de los gastos de viajes, así como una amplia cobertura de asistencia en viajes.
De esta manera, el business traveller interviene lo mínimo en el control de gastos y solo tendrá que preocuparse de viajar tranquilo y realizar su cometido en el lugar de destino.