Ayer, arrancamos diciembre con un frenazo a la recuperación de la plena movilidad internacional. El motivo, la nueva variante del virus, descubierta recientemente por científicos sudafricanos: ómicron. Esta nueva versión del virus ya ha viajado a Europa y países de otros continentes como Canadá, Australia o Japón, entre otros.
En España también se han detectado los primeros casos, aunque, han sido Reino Unido, Portugal, Austria y Países Bajos, los primeros países europeos, en confirmar la presencia de esta nueva cepa del SARS-CoV-2. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) esta variante tiene una posibilidad de transmisión “muy alta” pero, afortunadamente, aún no se han evidenciado indicios de que sea más peligrosa que otras variantes.
En este contexto, al que se suma el incremento de la incidencia acumulada del resto de variantes, muchos países europeos están estableciendo medidas y restricciones orientadas a frenar el avance de ómicron. Entre las medidas más aplicadas figuran cuarentenas a viajeros, restricciones de movilidad e, incluso, por parte de algunos gobiernos, la vacunación obligatoria.
En nuestro país, el Consejo de Ministros ha establecido la restricción de vuelos procedentes del cono sur de África, desde la pasada medianoche, hasta el 15 de diciembre, con el objetivo de mitigar la propagación de la nueva cepa en el interior del país. Esta medida se suma a la anteriormente establecida por la que se exige guardar cuarentena, durante diez días, a todo aquel que entre en España procedente de Botsuana, Suazilandia, Lesoto, Mozambique, Namibia, Sudáfrica o Zimbabue.
Así, el Ministerio de Sanidad ha implementado un sistema de gestión de controles sanitarios de entrada a España (sistema ‘Spain Travel Health’ – SpTH), frente a la variante ómicron. Sólo en el pasado fin de semana, se ha conseguido controlar a cerca de 275.000 viajeros. De este modo, según nota de prensa publicada ayer por Sanidad, las autoridades españolas podrán estudiar la trazabilidad de los viajeros que hayan estado en estos países, en los últimos 10-15 días.
Asimismo, también desde ayer, 1 de diciembre, España establece la modificación de requisitos de entrada en el país para viajeros procedentes de Reino Unido e Irlanda del Norte. Se les impone la obligatoriedad del certificado de vacunación, perdiendo validez para la entrada, las pruebas diagnósticas negativas o certificaciones de haber superado la enfermedad.
Al otro lado del Atlántico, países como Estados Unidos también están estableciendo ciertas medidas, restricciones y prohibiciones para algunos vuelos. Su gobierno, asesorado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), entre otros expertos, ha fijado restricciones adicionales para vuelos provenientes de África, en concreto, se prohíbe la entrada a viajeros procedentes de Sudáfrica, Botsuana, Zimbabue, Namibia, Lesoto, Suazilandia, Mozambique y Malaui.
En el caso de Cuba, sólo dos semanas después de reabrir sus fronteras al turismo internacional y, a pesar de la gran dependencia del sector turístico que presenta su economía, las autoridades sanitarias han decidido adoptar, de nuevo, algunas medidas restrictivas para pasajeros procedentes de países africanos. También controlarán estrechamente a los viajeros procedentes de Bélgica, Israel, Hong Kong, Egipto y Turquía.
El caso de Israel, es todavía más drástico, ha sido el primer país que ha cerrado por completo sus fronteras a los extranjeros y ha impuesto cuarentena obligatoria para sus propios ciudadanos cuando regresen del extranjero. En general, existe un largo listado de países que han restringido totalmente la entrada a viajeros procedentes del África Austral, o que, como mínimo, han endurecido convenientemente los controles de acceso para aquellos.
Desde Diners Club Spain esperamos que, tras la tempestad inicial provocada por ómicron, que ha desatado caídas bursátiles, cierre de fronteras, interminables colas y otros tantos inconvenientes, llegue la calma y superemos juntos, esta nueva ‘turbulencia’, mucho más reforzados.