A todos nos ha pasado, y más a ellas. Tanto en viajes de negocios como en viajes de placer, el cabello también tiene que adaptarse a las condiciones del viaje. Y si ya es importante nuestro aspecto, más todavía cuando hablamos de trabajo, donde nuestro aspecto, nuestra imagen, es una carta de presentación, no solo de uno mismo, sino también de nuestra compañía.
Es más de uno el caso en el que se ha tomado un avión luciendo una melena lisa y se ha aterrizado, por ejemplo en Singapur, con un cabello con aspecto fosco y desaliñado. Y es que son muchas las circunstancias que, según el destino, pueden arruinar nuestro buen aspecto. Sin embargo, existen algunos tips que pueden aplacar los efectos.
- Si tu destino es, por ejemplo, un país tropical o del sudeste asiático, nada más bajar del avión lo notarás. Tu semblante se humedecerá y hasta notarás que respiras ‘diferente’. Sí, porque al viajar desde España a un lugar con más del 80 por ciento de humedad, se nota la diferencia ‘en el ambiente’. Y tu cabello también lo notará. El encrespamiento hará acto de presencia. Para evitarlo, lo mejor es llegar al hotel, tomar una ducha relajante, secar y peinar el cabello aplicando un spray “anti frizz”.
- Y respecto al peinado… Si eres de las que lo primero que mete en la maleta, tanto en un viaje de negocios como en un viaje de placer, secador y plancha, ¡que no sea en vano! Recuerda hacerte con un adaptador para el enchufe adecuado a la potencia de la red eléctrica del país de destino.
- En cuanto al agua, seguro que tu pelo ya ha notado la diferencia incluso viajando dentro de nuestras fronteras. Nuestro cabello no queda igual tras una ducha en la meseta castellana que a orillas del Mediterráneo. Porque la calidad del agua no es la misma en todas las regiones de nuestro país, tampoco lo es en todos los países del mundo. Si el país al que viajas tiene un tipo de agua con, por ejemplo, alto contenido en cal, y sabes de antemano que perjudica al estado de tu cabello por la propia naturaleza del mismo, un posible remedio para mejorar su aspecto es realizar el lavado con agua mineral.
- Otra cuestión es el suministro de agua corriente. En algunos países, incluso en grandes ciudades, es habitual que se produzcan cortes temporales en el suministro. Incluso en algunas capitales. También se da el caso de ciertos lugares en los que a pesar de que abras el grifo a la máxima potencia, la presión del agua sea mínima. Si eres de melena poblada y te has encontrado alguna vez en la ducha con un ínfimo hilo de agua, seguro que sabes de lo que estamos hablando. Otra ocasión para recurrir al agua mineral o, bien, acudir a la peluquería. Antes de llegar al país de destino puedes cerciorarte de si el hotel cuenta con servicio de peluquería o buscar una peluquería cercana. En cuanto a horarios, en muchos casos, no será problema. En algunas ciudades, como por ejemplo Bogotá, las peluquerías abren a las seis o siete de la mañana.
- Algunas veces los horarios, las demoras en los medios de transportes o una agenda ocupada, nos hacen viajar sin tiempo y debemos “arreglarnos” con lo indispensable. Para estos casos es de gran utilidad llevar en el neceser un bote de champú en seco. Se trata de un spray con efecto astringente que mejora el aspecto de nuestro cabello sin necesidad de lavarlo.
- Y si las prisas tampoco te dejaron retocar tu tinte en condiciones, puedes ocultar las antiestéticas raíces con un spray de color acorde con tu tono de pelo. De viaje o no, ¡puede sacarte de un apuro!
- Pero si lo que estás es ‘hasta el moño’ de peluquerías, alisados o aplicación de productos… Recurre a un recogido. La fórmula más práctica para lucir el mejor aspecto en una reunión de negocios sin tener que batallar con rizos, ondulaciones o encrespamientos.
- Pero no solo vamos a hablar de ellas… Ellos también pueden tener ciertos problemas a la hora de lucir un cabello con buen aspecto. Porque un corte de hombre no demasiado corto también puede ser víctima de la humedad o de la cal del agua. ¿Por qué no emplear un gel fijador? Muy acorde además para un viaje de negocios, pues si rebuscamos en el imaginario colectivo… ¿Qué imagen de ejecutivo se nos viene a la cabeza?
Así, en tu próximo viaje de negocios, ¡no te cortes ni un pelo para tratar de lucir el mejor aspecto!